En nuestro caso, primero realizamos (el día anterior) actividades matemáticas:qué pesa más/menos, cuánto pesa, cuántos gramos, kg... actividades de comprensión lectora: qué lleva, dónde se fabricó, cómo se llama la marca,...
Todo esto nos permitió tener claros cuáles eran los ingredientes que íbamos a utilizar y cada peque llegó a conocerlos a su manera. Algunos con nombrarlos y abrir, probar,... ya es más que suficiente. Hay que adaptarse a cada niño/a.
Al día siguiente, teníamos todo preparado en la mesa "de cocina" para comenzar la receta y ¡les quedó genial!
Este es nuestro rincón de cocina del aula:
No es enorme, pero vamos poquito a poco. Tenemos horno, exprimidor y algunos enseres de cocina que tenía por casa. Todo ello recopilado de "sobras" porque... ¿quién no tiene dos en casa?
Al lado, colocamos las recetas que tenemos adaptadas por si nos apetece volver a hacerlas y repasarlas. O jugar a que las hacemos de nuevo.
En el corcho, las normas antes y después de cocinar. También el panel de recados del aula, por si se nos olvida algo para la receta y hay que ir a buscarlo.
Y aquí tenemos, las fotos de ese día:
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